
¿Qué piensa la gente sobre Irán, su pasado, su presente, sus costumbres…? Irán es un país de oriente medio con una historia milenaria, un país desconocido que posee un rico patrimonio histórico y milenario.
Los iraníes tenemos fama de ser un pueblo muy hospitalario con los extranjeros. Esa es una frecuente conclusión a la que han llegado muchos de aquellos que han tenido la ocasión de visitar la antigua Persia y querían viajar a irán. No es infrecuente que el viajero que pasea por nuestras calles sea amablemente abordado por ciudadanos iraníes con la sola intención de charlar con ellos, interpelarlos por su lugar de origen, el motivo de su vista al país, la opinión que les merece Irán, hacerse fotos e, inclusive, ser invitados a comer y a hospedarse en su casa. Esto es algo que no suele ocurrir en otros países y formar parte de la idiosincrasia iraní. Cuidamos de nuestros visitantes con extrema amabilidad.
Los iraníes tenemos un origen indoeuropeo. La historia de la raza irania se remonta a más de 7.000 años, siendo una de las civilizaciones más antiguas de las que se tiene noticia, junto con la egipcia y la china, según los descubrimientos arqueológicos de lugares como la ciudad quemada, Shahr-e Sukhte, las colinas de Siak, etc…
No todos los ciudadanos de Irán son de etnia persa y hablan farsí, que es el idioma oficial del irán. También conviven ciudadanos de origen turco, kurdo, árabe, turkmeno, etc…, lo que nos convierte en un país muy heterogéneo. Hay algo que el extranjero debe de tener claro en su visita a Irán: no somos un país árabe; nuestra cultura es persa y no hablamos el árabe. Más del 60 por ciento de la población habla el persa o farsí; el 16 por ciento el turco; un 10 por ciento el kurdo; y el resto otras lenguas menores, entre las que se encuentra el árabe. Entre los que hablan el farsí, lengua mayoritaria como hemos dicho, no todos tienen el mismo acento: no es lo mismo el farsí que habla un iraní de Isfahán, una de las ciudades más hermosas del país, que el que habla un nativo de Shiraz, ciudad situada más al sur.
La segunda minoría del país es la de origen turco y se concentra en el noroeste de Irán. Originariamente, esta población eran medes y no hablaban turco, pero tras la época Selyúcida adoptaron ese idioma. También hablan esa lengua muchos iraníes que viven en la provincia de Golestán, la tribu nómada Kashgai (como el coche de la marca Nissan).
Mención especial merecen los kurdos. Se trata de la tercera minoría del país y viven al noroeste de Irán, muy cerca de la frontera con Turquía. Como hemos dicho, un diez por ciento de los iraníes son de origen kurdo y hablan este idioma, el cual es hablado en el mundo por unos sesenta millones de personas, repartidas por países como Turquía, Irak, Irán y Siria. Su traje nacional es llamado kurdi, formado por un chaleco de tela de manga larga llamado chukhe y unos pantalones anchos llamados Ranac.
La población iraní de origen árabe se concentra al sureste del país, en la provincia de Khuzestan y hablan un árabe similar al hablado por los iraquíes. Otras minorías, como los baluchíes, habitan en el sureste, cerca de la frontera con Pakistán.
Irán es una República Islámica y tiene por religión oficial el Islam en su versión chiíta. El Chiísmo es una rama minoritaria dentro del Islam, pero es mayoritaria en países como Irán, Irak y Bahrein. Una fecha religiosa para los musulmanes es el año nuevo o Nowruz, que indica el momento en que Mahoma huyó de La Meca a la ciudad de Medina. La fiesta chiíta más importante es la Ashura, que es muy parecida a la Semana Santa católica, y conmemora la muerte de uno de los Imanes más queridos por los chiítas durante la llamada matanza de Kerbala en le Edad Media. La noche más larga del año se conoce con el nombre de Yalda. El Sunismo, la corriente mayoritaria dentro del Islam, también está presente en algunas zonas de Irán, sobre todo en aquellos lugares habitados por kurdos, baluchíes o turkmenos.
Mención especial merece el Zoroastrismo, una antiquísima religión pre-islámica que aún tiene practicantes, sobre todo en la ciudad de Yazd. En Isfahán, además habitan cristianos armenios y judíos. La convivencia religiosa es pacífica en Irán.